El primer paso para ayudar a una persona con un trastorno de la conducta alimentaria es la psicoeducación. Informarse para dejar a un lado estigmas y mitos y generar visibilidad que conduzca a la concientización de la gravedad de la enfermedad, así como de los factores de riesgo, como la cultura de dieta o estereotipos de belleza, a los que está expuesta la juventud hoy en día.
Ahora bien, si conoces a alguien en tu círculo social o entorno familiar con un trastorno de la conducta alimentaria es importante que reconozcas que, una red de apoyo que brinde seguridad y acompañamiento, es esencial para la recuperación, por lo que puedes ser un pilar importante en el proceso de recuperación de un ser querido. Sin embargo, no es fácil lidiar con trastornos tan complejos y es fundamental que el autocuidado personal se priorice, la salud mental es un aspecto que no podemos descuidar, en especial si buscamos brindar apoyo a alguien más. Así que busca un apoyo, alguien con quien puedas hablar al respecto y mantén tus hábitos, especialmente alimenticios, intactos. Es importante que, si sientes que ser ese apoyo te está sobrepasando, busques ayuda profesional y te des un tiempo para ti.
En cuanto a situaciones de salud mental no hay nada más útil y sencillo que escuchar con respeto y comprensión, lo que puedes hacer por esa persona es brindar una escucha sin juicios y presiones, dejándole saber que tiene tu apoyo. Evita las confrontaciones directas y mejor expresa tu preocupación. Infórmate acerca del tema, pero no actúes como terapeuta; trátalo como siempre, pero con la conciencia e información suficiente para poder ser una mejor red de apoyo. Con esta información sabrás que lo ideal es evitar comentarios relacionados con la apariencia, peso, calorías o hábitos alimenticios y buscar realizar actividades juntos que no estén centradas en la alimentación o el peso, que ayuden a tu amigo a encontrar distracciones y placer en otras áreas de la vida.
Si la persona aún no está recibiendo tratamiento, lo mejor que puedes hacer es animarlo a pedir ayuda y buscar a un profesional que le brinde un tratamiento adecuado para su recuperación.
Otra manera de ayudar es aportando a asociaciones. Actualmente existen diversas asociaciones civiles y fundaciones especializadas en TCA que tienen como objetivo prevenir y brindar accesibilidad a tratamientos necesarios para la recuperación, esto mediante la recaudación de fondos y donaciones. Por ejemplo, en Alimentando Emociones buscan entender e impactar de manera directa en la prevención de los trastornos de la conducta alimentaria, mejorar la calidad de vida de los adolescentes y adultos jóvenes que padecen alguna de estas enfermedades y sus familias, brindando becas para tratamientos, así como desarrollar proyectos de investigación que nos permitan un mejor entendimiento de las mismas. De modo que, al hacer una donación en Alimentando Emociones, estarás siendo parte de este gran cambio.
Elaborado por: Laia Ballesté Díaz.
Estudiante de psicología en la Universidad Anáhuac Puebla, con interés en psicología clínica en adolescentes y adultos. Realizó un diplomado en terapias de tercera generación en el Instituto Raimon Gaja, Barcelona. Apasionada por trabajar con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) para desafiar creencias tóxicas sobre los cuerpos ideales y promover la diversidad corporal.
Artículo realizado en Colaboración con Alimentando Emociones A.C.
Foto de Alex Green
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