¿Qué ser humano no ha sentido la frustración?
Pareciera que hay personas que no sienten frustración, pero no porque no se experimente, en diferentes ocasiones simplemente no lo externan.
En determinados momentos de la vida, existen momentos que se planean y que son son importantes para nosotros. Ya sean metas, actividades, tareas, objetivos personales o laborales, etc.
Y mientras llevas a cabo la planeación, se crean expectativas e ideales de cómo se desea que sucedan las cosas o de como deberían de pasar las cosas y, cuando no se cumplen como esperabas poco a poco se generan pensamientos de fracaso, impotencia, o inclusive de ansiedad.
La vivencia de la frustración es muy personal, tanto en sensación como en el nivel que se experimenta, algunas personas pueden vivenciarlo de una forma más intensa que otras.
Por ello, hoy queremos apoyarte con una herramienta para poder sobrellevar la frustración cuando sientes que ésta va más allá de ti misma (o).
Antes de empezar es importante comenzar a gestionar los sentimientos que aparecen con respecto a la frustración, reconociendo y aceptando que no se va a conseguir todo lo que uno quiere de acuerdo con la expectativa y la idealización. Reconocer lo que sí podemos hacer y lo que está presente en ese momento.
A esto se le llama "Frase Clave". Su uso se centra en la forma en la que te hablas a ti misma (o) en el antes, durante y después ante situaciones aversivas. Identificar estas verbalizaciones, te ayudará a dejar los pensamientos que estén causando estados de ánimo negativos y que te hagan recurrir a acciones evitativas o autolesivas ya sea físicas o emocionales, sustituyéndolos por otros que te puedan ayudar a afrontar la situación.
Escribe frases que te ayuden a cambiar el enfoque de la situación de una manera positiva, frases que te motiven, que te hagan sentir feliz, validada (o), que te den una sensación de calma o si en ese momento tienes el tiempo para escribir acerca de como te sientes ¡hazlo!.
Cuestiónate sobre la situación, ¿Qué esperaba de esta experiencia? ¿Qué me hubiera gustado que el otro hiciera por mi que sentí que no hizo? ¿Qué es lo que me molesta o me hace sentir frustrado (a)? ¿Cómo imaginaba/ quería que sucedieran las cosas?.
Parte de empezar a tolerar la frustración es identificar cuáles son las expectativas o idealizaciones que tienes al respecto y cuál es tu deseo de control ante que las situaciones que están a tu alrededor sean “perfectas”.
Inténtalo y cuéntanos ¿Cómo te sentiste?
Photo by Yan Krukov
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