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Foto del escritorCentro Neandi

Diario de Sofía: Coexisten

Respiro profundamente mientras me dispongo a escribir. ¿Qué les puedo compartir hoy? No lo tengo muy claro. De fondo se escucha la música de un artista por el que siento una gran admiración y que me inspira profundamente. Su voz es hermosa, sus talentos grandiosos, más de lo que a veces imaginaríamos posible. Esto es lo inspirador, la sensación de que nuestra capacidad no tiene límites: el único límite es el que nos ponemos a nosotros mismos.

 

Cada artista tiene esta tarea, la de desafiar lo que la realidad le dice que no es posible, e ir más allá, más allá. El amor se basa en esto también. O la capacidad de sentirnos parte de un mundo que a veces parece querer convencernos de que nuestra separación, soledad y tristeza son un destino irremediable. La tristeza es irremediable, pero la felicidad también es accesible en cada momento. Estas dos posibilidades habitan en cada instante. Coexisten.

 

En mí coexisten hoy la posibilidad de ser ilimitadamente feliz y sentirme ligeramente libre, y la pesadez de ser presa de un destino que me obliga a moverme de formas predispuestas para satisfacer otras necesidades: las de trabajo, casa, alimento. Lo deprimente de la rutina coexiste bajo la posibilidad de romperla en cada instante.

 

¿Recuerdan que llevo un tiempo queriendo conocer a alguien? Bueno, conocí a alguien. Pero no se emocionen, a mí me cuesta mucho trabajo convencerme de integrar a alguien a mi vida. Lo conocí hace unos días en un café, y observo esta nueva interacción con curiosidad, pero sobre todo con escepticismo. Me mantengo a una distancia amplia, pero me mantengo atenta. Como decía, el desenlace me da curiosidad, aunque, ¿saben qué? Mi mente ya se está yendo al lugar de siempre: al de perder interés y desconectarme incluso antes de abrirme a la posibilidad de conexión.

 

Es que yo quiero conocer a alguien que transforme este mecanismo en mí, a ver si la próxima persona que me manden ya se acerca más a lo que espero. O si yo logro de alguna forma transformar ese mecanismo en mí que me separa una y otra vez de las nuevas personas que conozco. O una mezcla de los dos, sí, parece que esa será la receta. Una colaboración.




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