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Foto del escritorCentro Neandi

DIARIO DE SOFÍA: Des-velando



Cuando escucho la palabra desvelar, no me lleva a la acción de no dormir, aunque bien puede relacionarse.

Me lleva a pensar en quitar velos, como los velos de novia que se ponen en la cara, o los velos de las viudas que a veces usan.

Desvelar para mí es descubrir y en ese descubrir es encontrar realidades que pueden doler.

También se liga con no dormir, mantener los ojos abiertos, ver...

¿Y qué se ve?

La vida como es. Desvelar es como quitar los filtros de las fotos que las embellecen y ver a la persona como es, quitar máscaras.

¿Por qué me he puesto a pensar sobre ello?

Pues estoy descubriendo una vez más a mis padres como son y no como quiero que sean.

Habrá una fiesta familiar próximamente, sin embargo, fue invitado un primo que abusó sexualmente de mi cuando era niña.

Lo difícil de ello es que mi mamá es la que está organizando la fiesta junto a otros primos y sabe lo que ese primo me hizo, pese a ello no se interpuso a que fuese invitado.

Los padres que hubiese querido, son aquellos que me protegen, que me cuidan y me defienden, sin embargo, al quitar los velos de los papás que quiero y ver los papás que tengo, duele.

Cuando hago el ejercicio mental de quitarles sus máscaras, el resultado es aterrador.

Pero uffff también entiendo que son humanos.

Estoy enojada, triste, defrauda y me siento traicionada. Como si conspiraran con el enemigo, pero a fin de cuentas es mi enemigo, no suyo. Quiero que sea suyo desde el ideal que tengo de papás, pero desde su realidad, el enemigo no es más que un sobrino, el cual les cae bien.

Por otro lado, al desvelarme y verme como adulta, tengo la responsabilidad de decidir desde mi presente, no desde la niña que fue agredida y no podía decir nada. Hoy puedo enunciarlo, denunciarlo y decidir.

Decido no ir a la fiesta y alejarme de la familia que encubre agresores. No lo entenderán, creerán que es porque soy payasa y no me cae bien.

He hablado con mis primos los más cercanos, con los que he crecido; me han cuidado y con ellos me he sincerado.

Les expliqué que no iré a la fiesta y les expliqué la razón real: un primo abusador fue invitado y no quiero exponerme. Son a los únicos que me importa explicarles puesto que son mi red de apoyo, la demás familia se puede ir a volar.

Me creyeron! Me creyeron! Me creyeron y aprobaron mi decisión, me confirmaron su amor y compañía.

Quizá el amor que siempre se busca en los padres no lo encuentre en ellos, pero puede estar en otras personas y sobre todo en mí.

Es un acto de amor decidir no ir, es un acto de denuncia, de romper ciclos y silencios que perpetúan dichas conductas.

Mi hermana no dijo nada, parece ser que mi familia nuclear no puede aceptar o entender lo que me sucedió porque les duele de una forma distinta.

Desvelar, desmaquillar, desenmascarar, de eso se trata este proceso, por eso duele tanto, pero te permite tomar decisiones que te cambien de lugar y que cambien la historia futura.

Es como cuando te arrancas un cachito de piel y queda al descubierto, arde, quema, duele.

Hoy soy yo y mi dolor, soy yo y mis decisiones, soy yo y mi responsabilidad, soy yo y mis redes de apoyo reales que he ido construyendo en este proceso de sanación, soy yo y mi grupo, soy yo y mis sesiones de terapia, soy yo y mi hija, soy yo y mi pareja, soy yo y mis amigos, soy yo y mis primos que hoy me dicen "te creo".


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