Pocos días de las madres me han hecho tan feliz.
El tratamiento no sólo me ha ayudado a comer, porque no se trata de eso la recuperación, se trata de arreglar todos aquellos sucesos que te enferman o que no sabes manejar.
En mi caso, la maternidad era un tema complejo, la rechazaba por completo y no sabía lidiar con esa parte mía. Hoy, puedo decir de forma honesta que amo mi maternidad. Reconozco que no soy la mamá perfecta del estereotipo, pero sé que soy la mamá correcta para mi hija.
Estoy en la familia que quiero estar porque lo hemos construido, no porque me tocó, no porque ya era mi momento; mi esposo, mi hija y yo hicimos que el momento llegara. Lo creamos.
La felicidad está en ir al parque, jugar con los tuyos y compartir risas, al alcance de un abrazo.
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