Fue una semana súper estresante. Arreglar todo para la boda, los anillos, el vestido, la comida...
En fin .... Llegó el día
No fue una boda de princesas ni de cuentos de hadas, fue una boda basada en la realidad que hemos construido en pareja.
Pocos invitados, los necesarios, comida sencilla, no ritual religioso. El hecho de que no fuera la boda "perfecta" fue perfecta para mí y mi ahora esposo. El tenernos el uno al otro, ya es perfecto
También entendemos que, no por casamos, será un "felices por siempre". Habrá problemas, seguro, diferencias e inconformidades, pero estamos dispuestos a dialogarlas día a día para poder sobreponernos a cualquier problema.
Es poner en práctica todo lo aprendido en recuperación y compartirlo con un otro.
Además, ¿cómo podría casarme sin conocerme a mí misma un poquito? ¡Imposible! Y de seguro seguiré aprendiendo mucho de mi a través de él. Lo amo no sin antes amarme primero :)
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