Últimamente he sentido que todo el proceso en el que me encuentro, va teniendo sus resultados. He tenido problemas con mi familia y mis amigas, muy similares o incluso un poco más graves que antes pero lo que siento que cambió soy yo. Tengo otra mentalidad y actitud hacia los desafíos que me va poniendo la vida, soy más flexible y empática conmigo y eso me encanta porque antes me castigaba por cosas insignificantes.
Estoy aprendiendo que la vida como tal es un proceso y que uno también tiene que agradecer de los errores que comente para poder aceptarlos.
Hace poco tuve un conflicto con mi mejor amiga, ya te lo había contado. Pensé que no tenía solución así que hice lo máximo que podía hacer (pedir una disculpa) y acepté que si nuestra amistad se rompía era porque así tenía que ser y no era totalmente mi culpa. Ahora estamos bien pero me dí cuenta sobre el cambio tan radical que dí y lo increíble que se siente no sentir tanta culpa e incluso tomarse un tiempo para analizar cómo me siento para poder aceptar esos sentimientos y darme lo que necesito.
Otra de las miles de cosas que amo de ir a terapia…
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