Que complejo es estar tan saturado de cosas por hacer.
Sin embargo, me es más complejo aceptar y reconocer que yo me puse en ese lugar de explotación. Es más fácil quejarme y quejarme de estar cansada en lugar de aceptar que soy imperfecta y que no puedo hacer de todo y ejecutado limpiamente.
No es que no me guste, no me malinterpreten, me gusta sentirme útil, capaz, activa, pero hay una delgada línea entre utilidad y evasión, inclusive se cuela un tercer tema, la aceptación de un otro.
La verdad es que volver a la normalidad, lo que sea que signifique eso, ha estado cargado de cansancio, de emoción por ser sobrevivientes, de tristeza por los que ya no están, de confusión, de miedo a enfermarse, de miedo a conocer a otros. Ha sido complejo, pero lo acepto, lo he usado para evadir de cierta forma los problemas que hay en casa.
A veces necesito un respiro de mí misma. Extraño mis espacios de terapia que no he podido ocupar por el trabajo, por la familia, por compromisos.... Pido una pausa please. Sin embargo, es reconfortante saber que sigo teniendo un lugar y un espacio ahí, en terapia, solo mío, sin violaciones, sin interrupciones.
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