En la sociedad actual, y desde hace algunos años, se han enseñado ciertos estereotipos de belleza, que inconscientemente se han internalizado e idealizado, por lo que se ha hecho común la insatisfacción con algunas partes del cuerpo, y hay quienes pueden pensar que es una etapa o que de alguna forma puedes cambiarlo, con dietas, ejercicio excesivo, con cirugía plástica, entre otras intervenciones estéticas, y se llega al extremo de forzar al propio cuerpo a alcanzar algo que es irreal. Es una obsesión por la “perfección” corporal. Sin embargo, esta inconformidad no hay que tomarla a la ligera ya que tiene un trasfondo psicológico y debe tratarse; a esto se le llama dismorfia.
Algunas de las características de la dismorfia son: una constante preocupación corporal, percepción centrada en los defectos, consume gran parte de su tiempo y energía en pensar y hacer cosas para esconderlo o cambiarlo, así mismo puede provocar que la persona evite realizar actividades de la vida cotidiana y hasta busque tratamientos u operaciones, y a pesar de los esfuerzos nunca hay satisfacción.
La dismorfia también puede traer consigo comportamientos compulsivos o repetitivos que se pueden observar, y te pueden ayudar a darte cuenta que sufres de dismorfia.
1. El camuflaje: Es el uso de maquillaje con el fin de cubrir defectos, usar ropa que oculte ciertas partes del cuerpo o cubrirse con las manos.
2. Compararse con los demás: Suelen desvalorizarse y pensar que, lo que tienen o son, los demás es mejor. Además, preguntar continuamente a los demás si se ven bien o si son poco atractivas.
3. Realizarse cirugía: Al desear cuerpos editados o con filtros como aparecen en la publicidad o en las redes sociales las personas pueden solicitar una cirugía estética.
4. Comprobar su aspecto físico frente al espejo: Las personas tratan de comprobar excesivamente los defectos que han encontrado en su cuerpo.
5. Hurgarse la piel: Constantemente pueden hurgarse o pellizcar aquello que consideran como defecto.
6. Limpieza excesiva: Es un signo de rigidez y perfeccionismo.
7. Cambiarse la ropa frecuentemente: Tienen una gran indecisión para escoger qué ponerse ya que “nada les queda” como desearían.
8. Ejercicio excesivo: Con el fin de verse como “el ideal” deciden realizar ejercicio de forma obsesiva y excesiva, a veces, aunque están muy cansadas o se sienten mal, no pueden dejar de hacer ejercicio pensando que así lograran el “cuerpo perfecto”.
Cuando la preocupación por tu cuerpo es excesiva y no puedes ver a tu cuerpo tal como es y aceptarlo, necesitas ayuda terapéutica. Solo la ayuda profesional y especializada te ayudará a tener una percepción realista de tu cuerpo y aceptarte tal como eres.
Mtra. Nicte-Ha Barra Ortega
Psicoterapeuta Centro Neandi
Foto de Sora Shimazaki en Pexels
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